UN AMIGO
Marzo 2016
Soy Un Amigo. De mi corazón a cada uno de vuestros corazones, la Paz y el
Amor.
…Silencio …
Hermanas y hermanos, en vuestra humanidad y en vuestra divinidad, voy a
hablaros hoy de cosas extremadamente simples. Si necesitáis de algunas palabras
o de algunas denominaciones, lo que voy a daros son algunos consejos,
extremadamente simples, que os incumbe averiguar y experimentar. Podría
llamarse el yoga de la Verdadera Vida, que necesitará de diversos elementos que
ahora voy a explicar. Se inscribe en la continuación lógica, tanto de la
manifestación del Espíritu del Sol, del Coro de los Ángeles, como de vuestro
propio estado actual, de manera colectiva y personal.
El primer elemento del que quisiera hablaros es el que llamaría la
espontaneidad. Estos consejos son muy simples, no requieren de ningún
movimiento de vibraciones o de energía, sino únicamente de vuestra conciencia
en su globalidad, en lo que vive, experimenta y siente durante este particular
período. La espontaneidad se refiere pues a vuestra capacidad, sea cual sea la
circunstancia que tengáis que vivir, a permanecer espontáneo. Esto permitirá de
manera general, afinar el proceso de la conciencia manifestada en este mundo, a
caballo, como sabéis, entre vuestra conciencia común, habitual, y la conciencia
de la Eternidad, con diferentes proporciones según cada cual.
La espontaneidad consiste en no reflexionar, en dejar emerger lo que
aparezca de manera espontánea en cualquier circunstancia, con cualquier
relación en vuestras vidas, en los hechos más sencillos. Tened por costumbre,
por la observación y la experiencia, de dejar que ocurra lo que debe ocurrir en
lo que jugáis sobre esta escena, procurando no utilizar vuestra herramienta
intelectual, la reflexión, o alguna circunstancia adaptada. Frente a algún
elemento produciéndose en vuestras vidas, la costumbre requiere que tengáis
siempre como referencia vuestro pasado, la referencia a la situación o a la
relación, el papel y la función de cada uno, así como el significado de un acontecimiento
sobreviniendo en vuestras vidas, sea cual sea.
Tratad de dejar todo esto atrás. La espontaneidad os permitirá que se viva
lo que tiene que vivirse en cada instante, que se trate de una subida
emocional, que se trate de una acción inmediata y espontánea. El simple hecho
de adoptar este comportamiento a diario y de manera rutinaria, os permitirá
veros en acción en el seno de la persona, y os permitirá integrar esta noción
de ir más allá de la persona y entonces, en definitiva, acercaros, si no se ha
hecho ya, e incluso vivir, la desaparición de la persona.
La espontaneidad es esencial porque traduce lo que remonta de vuestra
persona, como de vuestra alma o de vuestras profundidades. Observándolo, y sin
reflexionar con respecto a unas normas de comportamiento, unas normas sociales
o incluso unas normas emocionales, identificaréis lo que motiva este tipo de
reacción que producís, este tipo de acción, este tipo de emoción, y hasta
vuestras costumbres cotidianas y rutinarias os aparecerán por lo que son, es
decir, perteneciendo simplemente a lo que manifestáis en la superficie de este
mundo y no a lo que sois.
Ser espontáneo, es no reflexionar. Ser espontáneo, es no refrenar nada. Ser
espontáneo, es estar disponible total e
integralmente para vivir lo que hay que vivir en este período para cada uno de
vosotros. La espontaneidad desemboca pues, en la desaparición, la transparencia
y la humildad. No requiere por vuestra parte de ningún esfuerzo de vigilancia,
sino un relajamiento como si, y digo bien como si, os dejaseis llevar por la
Vida, sin que interviniese vuestra propia persona.
Incluso si hay alguna ofensa, dejad subir lo que suba, no os tenséis. Y si
la reacción es violenta, que sea interior o exterior, y solamente en este caso
- lo que es bastante raro -, os reenvío al hecho de aplazar conscientemente cualquier forma de reacción a
unas horas más tarde. Salvo estos casos extremos, es posible ver cualquier
emoción por lo que es, es decir, una reacción de la persona, una reacción de la
sociedad, y que no tiene nada que ver con lo que sois en el seno de vuestra
eternidad. Esto creará de manera habitual un distanciamiento, el sentimiento
real de veros actuar, sin que lo que sois actúe.
La mayoría de lo que ocurre con vuestras relaciones, sea cual sea el
entorno, siempre está, aunque seáis unos liberados vivientes, impreso por las
costumbres, por la historia, aunque lo hayáis superado. De hecho, los liberados
vivientes os dirán, si conocéis alguno, de manera precisa lo que pasa en el
momento en que una acción no sale de la persona y cuando es vista como algo
efímero. Es independiente por ejemplo, como decía, de la respuesta del corazón
o de la amplificación de vuestras vibraciones o de vuestras Coronas, que habéis
podido activar por ejemplo, con los consejos de nuestro Comendador hace más de
un año y medio.
Lo que digo hoy es profundamente diferente, y sin embargo está totalmente
adaptado a lo que sucede en vuestro campo de conciencia, como en el campo de la
conciencia colectiva de la humanidad. Ver con claridad, y distanciarse sin
renunciar a ningún elemento refiriéndose a lo que sois, que sea para vuestra
persona como más allá de ella, situará automáticamente y simplemente vuestro
punto de vista en el seno de la Eternidad en detrimento del efímero. Podrá pareceros,
durante las primeras experiencias, como un sentimiento extraño de
desdoblamiento; para nada. Porque muy rápidamente observaréis que os estáis
acostumbrando de manera evidente a este punto de vista diferente, coloreado de
lo que sois en eternidad, y no de lo que conocéis en el seno de vuestro
efímero, inscrito entre el nacimiento y la muerte de este cuerpo.
Observaréis también que adoptando esta espontaneidad, una particular paz
aflorará, sea cual sea la emoción manifestada, aunque se trate de una ira o de
un miedo, o de la emoción que sea. Os permitirá entonces identificar
claramente, cada vez más fácilmente, lo que sois y lo que no sois. Observaréis
también que el conjunto de lo que podía pareceros abrupto, infranqueable,
imposible de superar, una emoción, una costumbre, se realizará espontáneamente
sin ninguna acción de vuestra persona, ya que de todos modos estáis en el punto
de vista diferente de la espontaneidad.
La persona no conoce la espontaneidad, que sea en las relaciones, que sea
en el ejercicio de alguna actividad, porque siempre está coloreado por la
experiencia, por la costumbre, y por la repetición. Hoy, la espontaneidad os
lleva a ser cada vez más nuevo, en cualquier circunstancia, en cada aliento, en
cada imprevisto como en cada previsto, dándoos entonces la capacidad de dejar
nacer lo que ya está allí, es decir mucho más que la paz: el Amor
incondicionado. Corresponde perfectamente a lo que fue explicado por las
Trinidades Arcangélicas y del Femenino sagrado.
Si adoptáis esta espontaneidad, comprobaréis con facilidad una modificación
de vuestros estados de humor, una modificación de vuestras necesidades
fisiológicas, así como una pérdida de identificación hacia lo que hasta ahora
os tenía atados, si puedo decirlo así, a unas normas de comportamiento del
pasado, a unas historias, a unas memorias, a unas heridas o incluso a unas
alegrías. Descubriréis la libertad de ser, durante estos instantes, sin
necesidad de refugiaros, de alinearos, o de preguntar a vuestro corazón.
Esta espontaneidad permite la desaparición del fuego vital y su sustitución
por el fuego vibral, que percibáis o no las vibraciones. La acción de este
fuego vibral se hará entonces de una manera privilegiada sobre los síntomas
corporales, físicos, sensibles, que sentíais habitualmente, que sea un dolor en
un lugar especifico de vuestro cuerpo, un gesto en particular, o incluso unos
síntomas recurrentes sobreviniendo en el caso de emociones fuertes o de
contrariedad.
El segundo elemento que abordaré después de la espontaneidad, se referirá
directamente al Amor, en cualquier relación y en cualquier circunstancia que
viváis habitualmente, como frente a cualquier imprevisto. Por supuesto, vuestra
persona o lo que sois en realidad, manifiesta y trata de manifestar el Amor, sean
cuales sean las eventuales ofensas, para algunos de vosotros, que podíais
todavía sentir en vuestro interior con determinadas relaciones. El Amor del que
hablo, que es incondicionado, no le importa vuestras costumbres y vuestro amor
personal, aunque legítimo, respecto a vuestros allegados, a vuestras pasiones o
a vuestros intereses. Este Amor no depende ni de vosotros, ni del otro, ni de
la situación sea cual sea, sino que es una emanación espontánea de vuestro ser,
situándose o acercándose a su eternidad.
En ese momento observaréis mucho más que lo que fue llamado hace años, la
Fluidez de la Unidad. Comprobaréis de manera global, y cada vez más claramente,
que el conjunto de lo que son vuestras atenciones, vuestras ideas, o incluso
vuestros actos, se realizan con prontitud y sin demora. Hay también ahí, a
través de la inmediatez, una percepción directa de lo que es el Amor y su
vivencia, sin ninguna condición y sin ninguna persona, aboliendo
definitivamente y de manera a menudo abrupta ahora, la diferencia que podéis
percibir a través de algunas formas diferentes, de algunos atractivos
diferentes o de algunas situaciones diferentes.
Esto os ayudará también a concretar y ver, por
vosotros mismos, lo que se llamó hace algunos años: “la escena de teatro”, “el
observador” y “el actor dentro de la escena de teatro”. Esto os hará aumentar,
sin trabajarlo, el estado de elevación vibratoria, aunque no lo percibáis,
facilitándoos cada vez más el acceso a la Paz y a la tranquilidad. Sin
esfuerzo, sin necesitar dejar una situación o a una persona, sino situándoos en
lo que se ha llamado, el corazón del Corazón.
Tened en cuenta que la Inteligencia de la Luz, por
su importancia actual, desde el momento en que llevéis vuestra conciencia y
vuestra atención sobre la espontaneidad, en un principio, y sobre lo que vengo
a ofreceros ahora, os permitirá realizar la Verdad del Amor, la Verdad de la
Unidad y la realidad de la acción trascendente del Amor, ante cualquier
dificultad. Esto contribuirá, en gran medida, a la noción de perdón, pero ese
perdón no vendrá de la persona ni de una intención, sino simplemente de la
intención de Amor manifestada previamente, ante cualquier circunstancia.
El tercer elemento del que quiero hablaros,
concierne al yoga de la Verdadera Vida, pero comprended que se trata de algo
que no coincide con lo que os comuniqué hace ya algunos años, sobre el yoga de
la Unidad o de la Verdad. Ahora habéis vuelto, de alguna manera, a prácticas y
aplicaciones concretas de lo que sois en Eternidad, en algunos casos y en
cualquier tipo de relación.
Esta toma de distancia, muy pronto terminará en
ausencia de distancia entre todo y entre todos. Eso os permitirá verificar en
la misma experiencia, que vuestro punto de vista no tiene más valor que el del
otro. En esta situación, no hay ni responsabilidad ni culpabilidad del uno o
del otro, hay disonancia que corresponde a la ley de atracción, relacionado con
lo que se tiene que aclarar, con el “cara a cara”, pero que no tiene ninguna
objetividad desde el instante en que vuestro punto de vista se sitúa fuera de
vuestra persona, y diría también, fuera del ego o de la ventaja personal, ya
que en ese momento no habrá más, ni vosotros ni el otro.
De todos estos elementos que os he dado ahora, el
más importante es y seguirá siendo, como comprobaréis si no está ya hecho, la
espontaneidad. La espontaneidad es también un factor esencial de la Libertad y,
también, de la autonomía. En efecto, no puede existir Libertad y Autonomía, sin
espontaneidad. La espontaneidad debe expresarse aquí y ahora, en el instante
presente, sin tener en cuenta nada más que lo que se vive de manera intensa en
ese momento, ya sea el acto cotidiano más benigno, ya sea una confrontación
importante con otra persona. Poner la Luz delante, es dejar a la Luz actuar sin
interferir, al menos por uno de los dos lados de la relación (en este caso,
vosotros).
Recordad que no se trata de explicar lo que vais a
vivir. No es cuestión de encontrar una causa o de buscar otra cosa que el Amor
que se despliega y que vendrá a pacificar todas las circunstancias que puedan
todavía resistir en vosotros, tanto en vuestro entorno como en vosotros mismos,
en cada situación. Esto también os permitirá vivir el estado de Gracia con cada
vez más frecuencia; ese estado de Gracia que no perturba lo que está sucediendo
en vuestra vida, ya sea por vuestra intención o por intención de las
circunstancias de la Luz en vuestro entorno.
Os recuerdo que, si experimentáis algunas
dificultades en la espontaneidad o en otros criterios que he desarrollado, os
bastará simplemente con posponer esa emoción unas horas y veréis, por vosotros
mismos, que ha desaparecido o, simplemente (si no ha desaparecido de la
situación, de la relación o de la emoción), pensad en respirar ampliamente.
Esta respiración activa, como sabéis, la penetración de las moléculas vibrales
a través del bazo, de la cabeza o de los pies, que vienen entonces a impulsar
el sentido mismo de la desaparición de una persona y a solucionar, por la
Gracia de la Luz y no por vuestra voluntad o por vuestros hábitos, lo que
parece que debe ser solucionado. Y hará desaparecer de vosotros, todo
resentimiento y toda búsqueda de culpabilidad hacia vosotros mismos o hacia
otro, desencadenando, como ya se ha explicado, el perdón total, lo que es
“amar” y “estar en paz”, a la vez que os concienciáis de que todo eso es una
“escena de teatro”, sin implicar emoción o reacción.
Esto os fortalecerá en el sentido de vuestra
Presencia, incluso dentro de este mundo (no estando en este mundo, vosotros
estaréis todavía más presentes en este mundo), y permitirá tomar distancia en
todo lo relacionado con vuestros afectos, vuestros engramas, vuestras alegrías,
así como vuestros desagrados. No estaréis identificados ni a vuestras alegrías,
ni a vuestros placeres, ni a vuestras iras, ni a vuestras emociones; incluso
para aquellos de vosotros a los que os quedan estos elementos en proporciones
aparentes, incluso molestas, en la actualidad.
Notaréis también que, en el contexto de lo que se
llamó el año pasado, la “co-creación consciente, las palabras y las acciones
que salgan de vosotros, no tendrán nada que ver con las habituales. Se
trasformará vuestra voz, vuestro discurso será profundamente diferente, vuestra
mirada cambiará, vuestros gestos serán distintos, lo que derivará en mayor
facilidad y más evidencia en vuestra vida, independientemente de lo que vayáis
a vivir en este período. Esto os hará salir definitivamente de la noción de
emergencia, de la noción de “búsqueda de señales”, porque vosotros no tendréis
entonces, ninguna necesidad de señales geofísicas o económicas, lo que os sitúa
en la finalización de la proyección relativa a cualquier esperanza o a
cualquier expectativa.
Nuestro Comendador os ha explicado que no había
fecha, porque no dependéis de una fecha. Sólo dependen de una fecha, los
eventos colectivos, pero no el evento individual. En otras palabras, en vuestro
discurso occidental significa que vivís real y concretamente el proceso
ascensional, algunos de vosotros, previo a la Liberación colectiva que os da
acceso a lo Ilimitado y al sentimiento real de libertad interior; algo que
ninguna libertad exterior podría aportar. Ya estéis incapacitados, seáis ricos,
estéis enfermos, seáis abuelos o jóvenes, eso no representa diferencia alguna y
será palpable, podríamos decir.
Ya he hablado durante este yoga, que podréis
observar una modificación en vuestra fisiología. Concierne, principalmente, a
la cantidad de sueño, a la cantidad de alimentos que necesitáis concretamente.
Notaréis que cuanto más estéis en esta paz, en esta alegría, cuanto más estéis
inscritos en el punto de vista de la Eternidad, menos necesitaréis consumir en
este mundo, en el nivel que sea. Vuestra alimentación se volverá real y
concretamente, interior. En ese momento notaréis, por ejemplo, que podéis
llevar una actividad física intensa sin tener necesidad de nutrientes, azúcar o
alimentos. Eso puede ocurrir en todos los dominios. Si sois artista, os daréis
cuenta que una mayor espontaneidad os ayuda a manifestar vuestro arte sin
esfuerzo. En las relaciones afectivas, estaréis alejados de todo lo que os
pueda herir, incluso dentro de un amor humano más auténtico. La Paz, no será
vivida únicamente durante vuestras desapariciones o alineaciones, sino que será
algo omnipresente en cada minuto de vuestra vida.
Pero para eso, es necesario arrancar e iniciar el
proceso, y la palabra clave que debéis guardar en vuestro Espíritu es la noción
de “espontaneidad”, porque todo fluye de eso. La Luz es libre y no depende de
ninguna circunstancia, lo sabéis; algunos lo vivís en vuestro interior. Ahora
conviene que manifestéis eso. Como diría el Comendador, actualizadlo dentro de
este mundo, dentro de vuestra vida, dentro de toda relación, sin ninguna
excepción.
Sea cual sea el efecto que pueda manifestarse en
algo vivido como violento o de cualquier naturaleza, en un primer momento,
encontraréis vuestra espontaneidad. Aunque exista ira, a menos que sea
especialmente violenta, dejadla, no para vivirla, sino para comprobar que no
sois esa ira que surge y que se trata de mecanismos inconscientes rutinarios
vinculados a la esfera del ego, a la esfera de las emociones o aún, de los
hábitos.
Es muy sencillo, implementar esta postura. Una vez
que se ha inicializado como os he dicho, se establecerá cada vez con más
facilidad y con mayor capacidad de resiliencia, de trascendencia y, por
supuesto, de superaros a vosotros mismos sin esfuerzos y sin querer captar o
controlar a la persona que sea, la relación o la situación que sea. Así,
devolveréis al otro, como a vosotros mismos, la libertad.
La circunstancia, la relación, la interacción dejará
de corresponderse con esquemas previamente establecidos e inscritos en vuestro
programa de vida. Habrá un escenario teatral entonces totalmente espontáneo y
que antecede, por así decirlo, a la desaparición del actor, así como del
espectador, así como del mismo escenario teatral. Por lo demás, sin daros
cuenta de ello, algunos de vosotros se han acercado a tales estados, incluso
sin ser liberados vivientes. Es el momento cuando – durante una conversación,
durante una acción decidida por vosotros – todo se difumina, la misma intención
deja de existir, lo que estabais diciendo deja de existir, hay un silencio,
como una especie de agujero negro que os traga en ese momento. No echéis pestes
porque esto corresponde exactamente al proceso de la espontaneidad vivido con
desarmonía, donde hay una diferencia entre la persona y vuestra eternidad, lo
que produce que la persona se encuentre como petrificada. Reíd de ello pues se
trata de un primer esbozo de la espontaneidad.
Si ponéis atención en esta espontaneidad dejaréis
incluso de ser turbados por esos fenómenos que se interponen con vuestra
voluntad personal, con vuestras acciones o incluso con vuestras discusiones. Os
colocaréis entonces instantáneamente en la paz y entonces la vida seguirá
fluyendo pero nunca más seréis el mismo en circunstancias idénticas.
Poco a poco aprenderéis – a veces de manera muy
violenta, a través por las resonancias que se crean – lo que podríais llamar
oposiciones y confrontaciones violentas pero todo eso irá apagándose porque la
paz será efectivamente más fuerte que el antagonismo. Esto corresponde de
manera individual, en forma reducida, a lo que fue llamado por las profecías
« los tres días de tinieblas » o « los tres días de
estasis ». Ya no se trata de desaparecer de este mundo – aunque esto os
suceda más y más a vosotros – sino de encarnar por completo el Amor en el seno
de la simplicidad, en el seno del aquí y el ahora, a fin de que realmente la
persona desaparezca mediante el poder del mismo Amor.
Si aceptáis estos mecanismos que acabo de describir y
si los implementáis, comprobaréis fácilmente sus efectos en vuestro bienestar
y, además, en vuestra misma persona comprobaréis la desaparición de los puntos
de tensión. Más allá de la modificación de las necesidades como ya dije, una
paz nueva, un estado del ser diferente aparecerá, donde todo lo que tenga que
ver con el aspecto vibral, incluso el más intenso, se manifestará, será
percibido, pero sin llevar más vuestra conciencia al Corazón del Corazón pues
os habréis convertido vosotros mismos en vuestra vida - bajo cualquier
circunstancia y en toda relación - en el Corazón del Corazón, es decir en el
Amor. En ese momento habréis trascendido realmente vuestra propia persona, la
resiliencia y la trascendencia serán
pues totales y cada vez más evidentes para vosotros como alrededor vuestro.
Tened presente que – en caso de dificultades – podéis
acudir a la práctica de ciertas expiraciones e inspiraciones. Si sentís el sonido
del alma, entonces acudid al sonido de alma que os corresponde. Si sentís el
Canal Marial, tened presente en ese momento – y solamente en las etapas
primeras – vuestro Canal Marial. Sin embargo, tened cuidado en no acostumbraros
a un elemento de respuesta como, por ejemplo, la respuesta del corazón o la
respuesta vibratoria porque – en un momento dado – esto también tiene que
desaparecer para dejar espacio a la transparencia más total y a la Vida en su
esencia, más allá de toda persona, aunque se trate de dos personas.
Notaréis – aunque no hayáis experimentado hasta ahora
la liberación a través de la Onda de Vida, aunque no conozcáis los tres
componentes de la Onda de Vida – notaréis – en las situaciones donde la Luz os
exhorte a la espontaneidad – que se dan manifestaciones sensibles en varias
partes de la planta del pie. Esto es una llamada. No para más Luz sino para
estar perfectamente presentes en lo que os corresponde vivir.
« Perfectamente presentes » significa, por supuesto, no referirse a
un pasado, no referirse a una herida pasada aunque todavía viva, y no referirse
a un convenio social o moral, o incluso afectivo en la relación entre dos
personas.
En el seno de esta espontaneidad, cuando ésta esté
suficientemente aparente, como ya dije, vuestra voz dejará de ser la misma pero
también la voz del otro. Ello corresponde efectivamente a la desaparición de
las dos personalidades dejando al desnudo, en cierto modo, el Amor.
Comprobaréis también ciertas modificaciones, no de vuestra conciencia o de vuestras
percepciones, sino de la acción directa de la Luz ya no sólo en lo que sois, ya
no sólo en la relación, sino directamente a través de unos signos evidentes de
sincronicidad. Ya sea al pasear en el seno de la naturaleza donde recibiréis
una ayuda acrecentada por parte de los pueblos elementales, ya sea en sueño, ya
sea a través de los contactos interdimensionales o ya sea en lo que se suele
llamar, por ejemplo, telepatía, comprobaréis que - al pensar en alguien - éste
os llama, que – al pensar en cierto tipo de relación que puede pareceros
golpeada y sufriente – ésta se suaviza independientemente incluso de todo
encuentro o contacto. Así es cómo – independientemente de la circunstancia o de
la persona con quien estéis en relación – el Amor se crea. En este caso también
ningún esfuerzo es necesario porque – a partir del momento en que dejáis de
sentiros como una persona - el Amor ocupa todo el espacio vuestro y el espacio
del otro, disolviendo literalmente las heridas que, en definitiva, no existen
sino a través de las deformaciones del cara a cara y nada más.
Se trata pues - hoy más que nunca - de una práctica en
el terreno de la 3era dimensión de todo cuanto ha sido experimentado
interiormente a nivel del proceso vibratorio, a nivel de lecturas y a nivel de
transformaciones sucesivas en estos años. Se trata pues de una fina terminación
y – más aún – de una forma de preparación final para asegurar vuestra capacidad
a desaparecer en los momentos de la Llamada de María.
Obviamente otros signos os han sido proporcionados,
como la capacidad para desaparecer, pero esto os mostrará, de manera más
segura, que existe cada vez menos apego a la persona, al mismo tiempo que
estáis más interesados en el Amor, ya sea hacia un niño, ya sea en una pasión o
en cualquier conflicto que sea porque el Amor no sabe nada de eso y sois el
Amor.
Os vais a dar cuenta, de que todo lo que cuenta para vosotros, sólo os
mantiene en el corazón. Comprobareis que cuando vuestro amor está condicionado,
os conduce inexorablemente en la contrariedad y al sufrimiento. No puede ser de
otro modo, y cada vez más ahora. Si salís de la espontaneidad, constatareis
también que el sufrimiento vuelve, cualquiera que sea. Si os acercáis a la
espontaneidad, el sufrimiento refluirá sin ninguna acción exterior, ni voluntad
de hacer desaparecer este sufrimiento. Se evaporará literalmente por la
potencia del Amor, y por la desaparición de vuestra persona. Seréis
efectivamente y concretamente liberados de la persona sin necesitar de pasar,
si puedo decir, por los mecanismos de vibración de la Onda de Vida, por el
Canal Marial o por cualquier estado vivido hasta ahora, o no.
La espontaneidad es la simplicidad de la Vida, en sus mecanismos y
engranajes más mundanos, si puedo decir, la que paradójicamente os conducen a
la Eternidad y al Cielo. Os invito a hacer la experiencia y de vivirla. Sin
embargo, esto os parece como no concluyente, esto querrá decir simplemente que
existe en vuestra persona un mecanismo de control inconsciente que no quiere
soltar.
Entonces sólo existe a este nivel un único mecanismo inconsciente de
control que impide la espontaneidad, que llamo: el miedo a la muerte. Os
convendrá entonces de preguntaros, de manera filosófica, a vosotros, lo que
significa la muerte. Observareis entonces en ese momento, que en el instante en
que evocáis el principio de la muerte, para vosotros como para un cercano o
como para todo el mundo, nacerá una forma de tensión que estará siempre
localizada en la garganta, o bien en el pecho.
El simple hecho de ver y de identificar esto, os permitirá sin acción
alguna, viendo esta molestia o sufrimiento, con la mirada simple, os permitirá
de disolver este bloqueo, mostrando ahí mismo, que cualquiera que sea lo que
vivís, cualquiera que sea el grado de libertad que vivisteis, vuestra búsqueda
espiritual se hizo por el miedo de vuestra propia desaparición. Incluso y sobre
todo, los de entre nuestros hermanos y hermanas, que dirían que no tienen miedo
a la muerte porque ellos vivieron fuera de este cuerpo, que vivieron algunas
experiencias fuera del cuerpo, reportándoles a decir que sobreviven a la
muerte. Más exactamente, no es el miedo de la desaparición o de la muerte, sino
el miedo del paso por las puertas de la muerte. Ahí no podéis hacer nada,
mientras no estéis totalmente liberados de vosotros mismos. Esto se llama los
reflejos arcaicos de supervivencia, inscritos en los programas de vida en este
mundo.
Sólo el Amor puede poner fin a eso. No podéis poner fin a eso por
vosotros mismos. No podéis poner final a eso por cualquier trabajo, cualquiera
que sea, y para muchos, incluso por cualquier experiencia que sea, incluso de
contactos con seres de Luz, o desencarnados, allegados vuestros o no, o
contactos con otra forma de entidad dándoles la seguridad, si puedo decir, de
un más allá.
Pero no es todo, porque pasar de un estado a otro, es y permanecerá siendo
siempre un Tránsito. Así como en todo tránsito, conviene de dejar atrás lo que
estorba. No pueden pasar de un estado a otro, sin haber puesto previamente el
Amor por delante, porque el Tránsito es siempre un nuevo nacimiento, y un
acceso a lo desconocido que aterroriza, por los reflejos de supervivencia
inscritos en vuestro efímero.
Os hablé también de vuestra voz y de vuestro estado interior, de la Paz
que se establecerá en ese momento. Comprobareis también muy pronto que incluso
en nuestras intervenciones como Ancianos - y esto valdrá también para las
Estrellas como para los Arcángeles -, que todos ellos, vosotros como nosotros,
hablarán en la misma voz, en la misma frecuencia y al mismo ritmo.
Esto corresponde totalmente al 11º cuerpo, es decir el Verbo Creador, y
está en relación directa con la co-creación consciente y lo que expresaron los
Arcángeles de la Tri-Unidad arcangélica, así como las Estrellas responsables de
la Tri-Unidad del femenino sagrado. Es pues la integración, en vuestro efímero,
de la dimensión del Andrógino Primordial, expresándose por el Verbo, irradiando
el Amor, dejando lugar al Cristo y comunicándose de manera directa con los
demás planos.
Esto os permitirá, si todavía no está hecho, de activar lo que fue
llamado hace mucho tiempo, la Merkabah interdimensional personal, la percepción
del Lemniscata Sagrado, o la vivencia del Lemniscata Sagrado. Os incumbe de
descubrirlo, si todavía no lo está, las diversas manifestaciones que puedan
producirse en esa ocasión.
Os dejamos el tiempo de la experimentación, y esperamos tener la
oportunidad, si el tiempo nos lo permite, de dar explicaciones respecto a esto
– y que sin embargo no necesitan de ser dadas, pero que os agradarán de alguna
forma.
Permitidme de poner final a mis palabras y de estar con vosotros en la
instalación de la Tri-Unidad descrita estos últimos días. Saludo vuestra
Eternidad, saludo vuestra Llama y saludo el Amor que Somos. Me quedo ahora con
vosotros en silencio, al lado vuestro, de cada uno, como en vosotros, unos
instantes.
Entonces juntos, acojámonos.
...Silencio …
Soy Un Amigo. Del corazón del Uno, al Corazón del Uno.
...Silencio …
Hasta la vista.