EL ANUNCIO DE LA NUEVA TRI-UNIDAD
2 Abril 2017
JESÚS-CRISTO
Que la Paz sea en todos
vosotros, dignos Hijos Ardientes del Sol. En cada corazón, aquí y en todas
partes, vengo a entregaros los elementos de mi venida desde lo más alto de los
cielos.
La genitora de nuestra
carne os anunció, hace algunas semanas, un cierto número de mecanismos; éstos
están en marcha y se van a reforzar. En la hora en la que Mikaël, desde hace
algunos meses, labra el cielo de la tierra, en la hora en que el conjunto de la
Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres está a vuestras puertas, todo
está preparado y todo se finaliza. Así como lo anunciará a todos nuestra Madre,
el mecanismo de la Ascensión ha sido activado, acabando en este período, en los
acontecimientos enunciados por Juan el bien amado. Lo que debe cumplirse según
la voluntad del Único, de Abba, nuestro Padre, se realiza bajo vuestros ojos de
carne. En cuanto a mí, lo sabéis, volveré de manera efectiva, de la misma
manera que me fui, hace dos mil años. No me busquéis en otra parte que en
vuestro Corazón y en el Cielo.
Los preparativos han
concluido. Así lo decidió la Fuente Una, desde el 8 marzo 2017. Numerosos
procesos que conciernen al conjunto del sistema solar y el conjunto de las
conciencias presentes dentro de él, vivís desde ahora en adelante, las
primicias de la Llamada de nuestra Madre. Velad y orad, porque ningún elemento
de vuestro efímero debe venir a alterar o perturbar el arranque de vuestra
Eternidad en el Corazón del Corazón.
Cualquiera que sea
vuestra condición, cualquiera que sea vuestra situación, el momento ha llegado
de rendir gracia, de dejar desvanecerse todo lo que no es verdadero. Recordad,
que más precisamente en estos tiempos, y más particularmente en este día que
anuncia la Pascua, que el momento ha llegado de ser la Verdad, el Camino y la
Vida, de estar vivo más allá de los límites de vuestra forma, más allá de todo
sentimiento, de todo resentimiento o de toda aceptación. La hora ha llegado,
como lo dije hace dos mil años, de entregar vuestro espíritu entre las manos de
la Fuente.
Dignos hermanos y
hermanas, niños del Cielo y de la Tierra, vais a descubrir que estáis sobre
este mundo y que no sois de este mundo. Más allá de esto, la actualización del
Juramento y de la Promesa, tal como fue enunciada por la Fuente misma, se
plasma y densifica bajo vuestros ojos, en vuestra carne como sobre este mundo, dondequiera que llevéis
vuestras miradas. El tiempo de la Revelación toca su apogeo. La 7ª Trompeta
anunciando la Llamada de María va a resonar dentro de poco sobre el conjunto de
la tierra. No es más tiempo de cualquier cambio que sea, pues el tiempo ha
llegado de instalaros de la manera más definitiva posible, en vuestra
Eternidad.
La Confederación
Intergaláctica de los Mundos Libres, os anunciará, por la voz de María, el
desarrollo de los acontecimientos que se celebran en este mismo momento en el
conjunto de la tierra, como en vuestra conciencia. La hora ha llegado de saldar
todo lo que os pueda parecer tener a saldar, a resolver y a superar.
Recordad, en estos
instantes solemnes, que no podéis cambiar ni una iota de lo que es, de lo que
fue, y de lo que será. La mejor postura, la mejor actitud, sólo puede estar al
interior, en vuestra casa, en vuestro templo, lavados y purificados para acoger
el canto de la Resurrección consecutivo a la Llamada de María. Ningún
obstáculo, que incluso os pareciera insuperable, puede mantenerse delante de
los acontecimientos ligados, como lo sabéis, a la Nueva tri-Unidad, aportándoos
la Nueva Eucaristía, el sello de vuestra eternidad, el conjunto de las llaves
Metatrónicas y los trastornos descritos por san Juan, el profeta bien amado,
bajo mi dictado.
Entonces sí, repito hoy
« Velad y orad ». Cualesquiera que sean vuestros dolores, cualquiera que sea
vuestra cultura, sobrepasad las nociones históricas, sobrepasad las nociones
inscritas en los libros llamados la Biblia o toda escritura santa. Pertenezco a
la humanidad y no a la religión constituida de la que Satán hizo su sede. Os
invito desde hoy, en este particular período antes de pascua, a dejar emerger
todo lo que aún puede frenar el pleno establecimiento de vuestra eternidad. Velad
y orad, ved lo que está por verse, vivid lo que tienen que vivirse, pero
conservad la alegría de vuestro corazón, porque lo que viene, cualquiera que
sean las apariencias, sólo representa en definitiva las luchas finales de lo
que agoniza y lo que pertenece al reino de este mundo.
No os dejéis engañar ni tentar, por cualquier reflejo de huida, de
cualquier situación que sea. Sois la Luz del mundo, sois los Hijos Ardientes del
Sol, las Semillas de estrellas, los portaestandartes de la Luz. Hoy, conviene
de vivir eso en la integridad de vuestra presencia sobre este mundo,
cualesquiera que sean las situaciones, los acontecimientos que tengáis que
vivir, en vosotros como al exterior de vosotros.
Es a través de lo que se celebra en cada uno de vosotros, que vuestro
posicionamiento y vuestro emplazamiento se desvelan de manera cada vez más nítida y
precisa, pero guardad presente, en vuestro corazón que cualesquiera que sean
las manifestaciones, cualesquiera que sean las alegrías, cualesquiera que sean
los dolores, todo esto sólo pasa, con el fin de dejar a vuestra
eternidad aparecer a plena luz, sin que nadie pueda levantarse frente a la
Verdad en encarnación y establecida en vosotros.
María, Mikaël, yo mismo, y el conjunto de las fuerzas de
la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres estamos desde ahora en
adelante a vuestro servicio para asistir a vuestra resurrección. Cualesquiera que
hayan podido ser vuestras dudas, cualesquiera que hayan podido ser vuestras
interrogaciones, olvidad todo esto, pensad en cada aliento en lo que sois en
Eternidad, si no os ha sido permitido de momento vivir este momento. Tened una
fe total y absoluta en esta Eternidad; que entendáis o no a lo que esto
corresponde, poco importa. Id al objetivo, derechos a lo esencial, a lo que
nunca pasará – lo que es en verdad, más allá de toda forma, más allá de toda
historia y más allá de todo escenario.
Dignos niños del Único, os vengo a entregar, dondequiera
que estéis en este día preciso del 2 abril 2017, si me acogéis, vengo a
despertar, si aún no está hecho, lo que es vuestra Eternidad, lo que es vuestra
alegría, lo que es vuestra divinidad que está más allá de toda forma, de toda matriz
y de toda contingencia.
Bien amados de la Luz, bien amados del Amor, Amor y Luz
vosotros mismos, no deis vuelta atrás porque lo que pasa se acaba y nada puede
retenerlo.
Los días de la Resurrección se acercan a gran paso, son en
vuestro lenguaje
“inminentes”, según el calendario de la tierra. Entonces sed ligeros, en
alegría, en gracia, en perdón, porque no existe ninguna falta ni ningún error
que pueda mancillar lo que es el Espíritu que sois. Sólo el cuerpo y las
estructuras efímeras presentes a vuestra conciencia sobre tierra todavía pueden
ser dolorosos, pero esto no es nada, cuando veláis y rezáis conmigo, en vuestro
Corazón.
Entonces hoy os vengo a repetir: « Paz a vosotros y Paz
en vosotros ». La
hora es al Amor, diga lo que le diga vuestro cuerpo, diga lo que diga vuestro
efímero. No escuchéis la voz de la Ilusión, no escuchéis la voz de vuestros
sentidos, sino más bien, y
exclusivamente incluso, lo que os dice vuestro corazón en este instante, en
estos días.
Las gracias abundan sobre la tierra para aquellos de entre
vosotros que
aceptan de vivirlas, a condición de remitirse a vuestra eternidad. Ninguna circunstancia
de vuestro efímero
os puede afectar desde ese instante, en el que conciencias la verdad de vuestro Ser, la
verdad de la Luz y la verdad del Amor.
El Amor es simple, no tiene nada que hacer de vuestras
agitaciones, ni hacer de vuestras historias limitadas, ni de vuestros rencores, ni de vuestros
placeres, porque él mismo es la Dicha eterna de la Gracia, la Alegría eterna
del Espíritu, no conociendo ningún límite de forma, de tiempo, de espacio o de
dimensión.
Entonces, lo repito una tercera vez: « Paz a vosotros y Paz
en vosotros ».
Estoy con vosotros, no sólo hasta el final de los tiempos, sino en este
final de los tiempos.
Entre este día, en este preciso instante, hasta el período
pascual y hasta la Ascensión, y hasta Pentecostés, en vuestros días de
vuestro
calendario del año 2017, vengo a anunciaros y a expresar la buena noticia:
Cristo resucita en vosotros. Entonces, la Paz es vuestra morada de eternidad. Diga lo que
le diga este mundo, digan lo que digan vuestros allegados, digan lo que digan vuestras leyes,
lo que digan los sistemas de poder y de control, sois seres que son libres de
toda eternidad, que han sido engañados por las fuerzas opuestas a la Luz. Su
rendición sin condición, sólo quedan algunos retazos o bolsas de resistencia
que cederán en el momento de la Llamada de nuestra Madre.
Velad y orad, ved vuestro corazón, sin falsas apariencias, sin
evasivas, sin mentiros a vosotros mismos, además no lo podréis hacer más desde
este día. Sólo la sinceridad, la verdad, la transparencia, la ética, la
integridad y la humildad, os guardarán de toda falta, de todo error que
pertenece a la historia. Es en vosotros que se revela el Cristo, es en vosotros que se revela el Espíritu del
Sol, es en vosotros que se revela el Coro de los Ángeles, es en vosotros que se
revela la Verdad.
La Verdad no es este mundo, ha sido viciada, alterada. Me
presentaron como un salvador, lo que ciertamente no soy, soy simplemente el que
viene a cortar los últimos velos de la Ilusión, porque mi lengua es una espada,
al igual que la espada de Mikaël, que os viene a aportar la libertad cortando
vuestros vínculos residuales o persistentes hacia lo efímero. Sabed no obstante
que el conjunto de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres respeta
y respetará la ley de Amor, la ley de Libertad, la ley del Único.
Pronto, desde la Llamada de
nuestra Madre, tendréis la oportunidad de ver desfilar el conjunto de la
historia, la de la Tierra como la de su alma en peregrinación en la Ilusión de
este mundo. Recordad que sólo el Amor verdadero e incondicional es el aval a vuestro
establecimiento en la Eternidad, sin demora, sin confusión y con soltura.
Dondequiera que estéis sobre esta
tierra, de la misma manera que el 8 de marzo ha sido anunciado, por la santa
tri-Unidad, la realidad del mecanismo ascensional, por el aumento de lo que
llamáis la vibración Cósmica, la respuesta de la Tierra ha permitido
efectivamente de activar el proceso ascensional en sí. El conjunto de las
condiciones previas a los momentos que vivís han sido cumplidos tales como han
sido anunciados por múltiples voces.
En cada uno de vuestros gestos,
y en cada uno de vuestros hechos que tenéis por vivir, os es recordada vuestra
Eternidad. Cualquiera que sea la alegría, lo repito, cualquiera que sea el
sufrimiento, eso sólo pasa, sólo queda y quedará lo que es verdadero. No
existirá pronto sobre esta tierra ningún espacio donde sustraerse a la Luz Una,
no hay nada de que huir. Recordad también, de que no hay nada a salvar respecto
al efímero. Estáis aquí sobre la tierra – cualquiera que haya sido la duración de vuestras múltiples
encarnaciones –, de paso. La Tierra no es vuestra morada. La Tierra podía haber
sido una morada, cuando nuestra Madre la sembró.
Hoy, vais a descubrir y de manera
extremadamente rápida, la Verdad que no necesita de ninguna palabra, de ninguna
historia, de ninguna pregunta, y que cada uno de vosotros, sólo puede
reconocer, cualquiera que sea el emplazamiento anterior de su conciencia. Dejad pues al Fuego
del Amor crecer en vosotros, dejad al Fuego Ígneo revelar vuestro
espíritu en su pureza original, en su pureza inicial, más allá de todo tiempo.
El tiempo, tal como es vivido en encarnación sobre esta tierra, es un lugar de
desgaste, donde el tiempo que pasa implica y arrastra una disolución de las
formas que llamáis la muerte. En Espíritu y en Verdad, nunca habéis nacido como
nunca habéis muerto, sólo los velos de la ilusión os hicieron adherir y vivir
las consecuencias.
Recordad lo que he dicho: « Nadie
puede penetrar el Reino de los cielos si no vuelve a ser como un niño, inocente
y espontáneo ». Entonces estáis invitados, cualesquiera que sean vuestras
obligaciones efímeras, que no representan nada a nivel de la Eternidad, a dejar
esta inocencia, esta Alegría, esta Infancia expresarse a través vuestro. No
limitéis nada, no busquéis nada, estad simplemente ahí, en el corazón del
Corazón, presentes unos con otros, en el Silencio.
No necesitáis para eso de estar al
lado o cerca, necesitáis simplemente de ser íntegramente, no la persona y la
historia que vivís, sino esta Eternidad que algunos de entre vosotros han
vislumbrado o vivido. Nadie podrá mantenerse en la tibieza, nadie podrá estar
indeciso, estad seguros de ello, porque esto está en vuestra puerta y tendréis
la oportunidad de vivirlo y de verificar la verdad.
El reino del Amor y el reino de la
Eternidad, están a vuestro encuentro. Recordad también que aquel que querrá
salvar su vida efímera la perderá, a fin de descubrir la verdad de la
Eternidad. Vengo a zanjar lo que debe ser zanjado, y recordad que vuestro único
juez, sois vosotros mismos. Pero, cuando viváis vuestra Eternidad, ¿qué juicio
puede ser llevado a este efímero que desaparece? No perded el tiempo, id a lo
esencial, directamente a la Verdad, directamente a la Paz. Estad seguros de que
si dais un paso hacia mí, yo daré tres hacia vosotros y eso, de manera
instantánea.
Recordad que no he sido solamente
el personaje histórico, sino que soy ante todo vuestra fiel imagen, habiendo como
vosotros sufrido la ignominia de este mundo, de este mundo de perdición y de
ilusión, cualquiera que lo sea la belleza que se puede vivir cuando se la vive.
Es hoy indispensable y esencial reencontraros en totalidad, y recordad que
nada, en el seno de la historia de vuestra persona, como nada, en el seno de
las experiencias vividas durante todos estos años, o desde vuestro
nacimiento, o desde numerosas vidas, no se puede sostener delante de la Verdad.
Sed humildes y amables con cada
uno. Recordad lo que he dicho: « Lo que hacéis al más pequeño de entre
vosotros, es entonces a mí que lo hacéis ». Es lo que descubren ahora los que
ejercieron la predación, en cualquier nivel que sea.
Recordad de que, sólo hay dos
leyes: la acción-reacción, o la acción de Gracia. A vosotros de escoger, pero
no podéis mantener vuestro libre albedrío y ser Libres al mismo tiempo. La Libertad
no tiene nada que hacer de vuestros conceptos, a la Libertad y a la Verdad no le interesan vuestras
experiencias, la Libertad y la Verdad son lo que Sois, desde siempre.
- El resto sólo representa
experiencias felices, o desafortunadas en esta tierra. -
La revelación de vuestros linajes, la revelación de la
historia ocultada de la Tierra han sido un fantástico respaldo, permitiéndoos
de liberaros hasta un cierto punto. Es hora en lo sucesivo de liberaros
totalmente, y de reencontraros aquí mismo, en vuestra carne, en estos días
reducidos por la voluntad de la Fuente, para manifestar, expresar y concienciar
la verdad del Amor. Esto debe volverse y ser, vuestra única preocupación
mental, emocional, afectiva o social.
Entonces, vais a ser impulsados de hablar como nunca, como
fue el caso durante la Pentecostés por los apóstoles. Sois los sucesores de los
doce apóstoles originales, y hablaréis en lenguas, y vuestra lengua sólo
hablará el Verbo del Amor. Todo el resto se borrará delante de la potencia de
este Verbo, a condición de vivirlo en humildad, en sencillez, en la vía de la
Infancia, y de la inocencia.
Hoy, os digo, los tiempos se han cumplido. Hoy, os digo; «
Paz a vosotros ». La Verdad emerge finalmente en su sencillez y en su gloria.
Que vuestras miradas, vuestras palabras, vuestros actos, vuestros pensamientos,
vuestras ocupaciones, vuestras actividades, sean todas tomadas de la misma
verdad, de la misma belleza y del mismo amor, a fin de que podáis declamar por
vuestra presencia en el seno del Verbo: « Soy el Camino, la Verdad y la Vida,
Soy la Eternidad ».
En la última Gracia de la Confederación Intergaláctica de
los Mundos Libres, en estos próximos días, os queda por actualizar esto, por
estar conformes con vuestra eternidad y con la verdad del Amor. Ninguna otra
preocupación encontrará lugar de expresión en el seno de vuestra conciencia, de
vuestro cuerpo, como de vuestro Corazón. El Amor incondicional y eterno toma
todo el espacio, toma todo el tiempo y posesión de vuestro cuerpo. Os incumbe
de decir “Sí”. Os pertenece, por un acto de sacrificio, de valentía y de
simplicidad, de entregaros a esta eternidad, que la conozcáis, la viváis, o aún
no.
Cualquiera que haya sido vuestro camino durante esta vida,
y más particularmente en el curso de estos treinta y tres últimos años, hoy es
un día nuevo, sin igual. Los signos visibles, que sean sobre la tierra, o en
los cielos, que sea en el seno de
vuestros hermanos presentes y hermanas en vuestro entorno, vendrán a consolidar
la verdad del Amor. La verdad del Amor será además la única solución a todo lo
que sucede, desde ahora en adelante, sobre esta tierra.
El conjunto de lo que llamáis los pueblos de la naturaleza
finalizó su misión y la concluyó, del mismo modo que concluís vuestro efímero
para dejar lugar a la eternidad del Amor, a la realeza de esta Eternidad.
Entonces, lo repito por cuarta vez: « Paz sobre vosotros,
Paz en vosotros ».
La Gracia os acompaña y la Verdad
es vuestro estandarte, el Amor es vuestro verbo, vuestra mirada, y la Luz de
los mundos. No os dejéis entorpecer por todo lo que no es el instante presente,
no os dejéis abrumar por cualquier temor de cualquier futuro, porque no hay futuro en la
Eternidad, sólo existe como sabéis y que, tal vez lo vivís, el instante
presente, en su belleza, en su magnificencia y en su verdad. No necesitáis de
ningún plan, de ninguna estrategia, de ninguna elaboración de cualquier plan,
simplemente necesitáis ser auténticos y ser lo que Sois, más allá de toda
apariencia, de todo sufrimiento, o de todo deseo.
Entonces, me dirijo a vosotros,
aquí y en todas partes sobre esta tierra, como otras voces se elevarán, durante
esta Semana Santa que se acerca, para expresar la misma cosa, a saber de que
los tiempos están cumplidos y que el tiempo de la Resurrección y de la
Ascensión se celebra en este mismo momento.
La vida que vivís en el seno de lo
efímero, puede efectivamente proponeros de sobrepasar y de vivir algunos
obstáculos. Recordad que no podéis, por vosotros mismos sobrepasarlos, ni por
cualquier conocimiento, sino únicamente por la verdad del Amor de lo que sois
en Eternidad.
El único juicio es aquel del Cara
a Cara, entre lo efímero y la Eternidad de cada uno de vosotros, mostrándoos a
vosotros mismos, según lo que decidáis, en vuestra alma y conciencia, cómo
reaccionar, cómo asentir. Lo que se celebra en la pantalla de vuestra
conciencia personal, en vuestro cuerpo como en vuestros pensamientos, sólo es
su ilustración. No veáis allí nada más, no hay ni condena, ni castigo, ni cosas
que reparar.
Vosotros que vivís una de las
Coronas, vosotros que habéis, incluso con rechazo, leído nuestras
intervenciones en estos momentos o en tiempos más lejanos, estáis preparados,
diga lo que diga vuestra persona, lo que diga la sociedad y lo que diga vuestra
vivencia.
Desde el instante en el que la
última Gracia, que será revelada a vuestros ojos dentro de muy pocos días, no
habrá ninguna duda sobre la realidad de que sois; que creáis en ello, que lo neguéis,
que lo viváis, o que no lo viváis, esto no cambiará nada. Bien evidentemente,
después de la Llamada de nuestra Madre y después de los tres días de tinieblas
por vivirse, cada uno estará frente a su libertad, cada uno estará frente a lo
que él pudo creer o crear, en el seno de esta Ilusión, pudiendo representar un
peso, o al contrario, una ligereza.
La Luz no hace ninguna diferencia,
como la luz del Sol, entre aquel que me ha reconocido y aquel que me dio la
espalda. El karma pertenece a la Ilusión de este mundo y nadie puede conocerme,
si no renace de nuevo, a fin de que vosotros también estéis sobre el mismo
plano de amor y de igualdad. Os remito para eso a la parábola del hijo pródigo.
Las frases que pronuncié durante
mi paso sobre esta tierra, son hoy de una actualidad que, yo calificaría de
chillona, no la historia que ha sido construida por las religiones que se
sirvieron de mi nombre y que me traicionaron, como lo he anunciado y expresado.
Vengo a reconstruir el templo de la Verdad y nada podrá
oponerse, ninguna historia se podrá mantener delante de la majestad de la
Eternidad. Estad seguros de ello, e id en paz. Dedicaros a vuestras ocupaciones
cualesquiera que sean, pero guardad vuestro Corazón, velad y orad. Que todos
vuestros actos, que todos vuestros pensamientos en este mismo momento y en los
días venideros sean volcados exclusivamente hacia la primacía del Amor,
mostrándoles a los otros lo que sois, nada más y nada menos.
Llamadme. Así como mi madre está presente para algunos a
vuestro lado, desde hoy lo estoy también de manera, diría yo, mucho más
tangible de lo que pudisteis vivir, tal vez, en estos años pasados, y de manera
mucho más tangible que lo que pudieron vivir aquellos que me imitaron, a los
que llamáis santos. Sois también santos como ellos, sois el mismo Amor y la
misma Verdad. Sólo la expresión de esta Verdad, ha podido ser alterada por la
primacía del Amor, de este mundo de privación.
Entonces permitidme, en este día de la Pasión, de
transmitiros de manera colectiva y universal la verdad del Amor, la verdad de
la Paz, la verdad de vuestra Eternidad.
No os dejéis más engañar por los melindres y de los lazos de
este mundo, no seáis engañados más por el miedo, sed verdaderos, sed conmigo,
sed con vosotros y sed semejantes hacia cada uno de vosotros con la misma
intensidad y la misma verdad de Amor. Olvidad todo el resto, que pasa en este
mismo momento. No valoréis nada, si no es a la Verdad, soltad lo que la vida os
hace soltar, sin miedo y sin pesares, porque os anuncio vuestra Resurrección,
no en tiempos próximos, ni en vuestra revolución solar, sino desde ahora. Estad
en paz porque os quiero, sed en paz porque sois la Paz y sois el Amor.
Nunca olvidéis esto y de todos modos, no podréis olvidarlo
llegado el momento.
Quedemos en comunión algunos minutos, dondequiera que
estéis sobre la tierra, en este día como en los días posteriores, en cuanto escuchéis
o leáis lo que os anuncio en este día y a esta hora.
… Silencio…
Como dije hace dos mil años, lo podéis decir a ahora, sois
la Luz del mundo, sois el Camino y la Verdad, la Vida, y sois Uno con el Padre,
tal como dije. El momento es para esta revelación. No os pido de creerme, no os
pido de adheriros a mis palabras, sino de imitarme, de ser vosotros mismos lo
que Sois, sin maquillaje ni rodeos, sin preguntas, con fe, con sinceridad.
Entonces me dirigiré a vosotros incluso antes de la hora, en la que debo venir
para zanjar de manera colectiva lo que debe ser zanjado.
… Silencio…
Os doy mi Paz y acojo vuestra Paz. Os doy el Perdón, como
me dais el Perdón, a fin de que la Gracia y su majestad empapen cada fibra de
vuestro efímero como de vuestra eternidad.
… Silencio…
Bendito sea el Eterno, bendita sea la Verdad, bendito sea
el Amor. Sé bendito, mi hermana, mi hermano, estoy contigo en este final de los
tiempos. Regocíjate, tú, resucitado en la gloria Eterna. Te amo. Ven a mí, ven
hacia ti.
Sé bendito a cada minuto y a cada aliento en la Gracia del
Amor y de la Verdad.
En el nombre de la Fuente, en nombre del Único, en nombre
de la ley de Uno, dígnate recibir mis saludos y mis respetos, dígnate a
acogerme en la dicha del Espíritu resucitado.
… Silencio…
Os saludo, niños del Único, llenos de gracia, la Luz es
con vosotros.
Sois bendecidos, cada uno del mismo modo, y el fruto de
vuestro corazón es bendito.
… Silencio…
Soy Uno con cada uno.
Acoge la Luz-Cristo en Unidad y en Verdad.
Bendito seas en tu nuevo nacimiento, tú que nunca has
nacido y que nunca has muerto.
Nuestra Madre va a detallarte, si puedo decirlo así, el
guion que está escrito para este final de los tiempos, que mis profetas han
anunciado y que vives en este día. Rindo gracias a tu escucha, a tu presencia,
a tu lectura.
Bendito seas, Hijo del Uno, bendito seas, Amor encarnado.
… Silencio…
Te invito a mi Pasión, te invito a
la verdadera Vida, y sobre todo te amo, más allá de la medida con la cual me
amas, y sin embargo con el mismo Amor que todos juntos llevamos. Ha llegado
ahora el momento de acallar mis palabras y de dejarte pasar a la acción, a la
acción de Gracia, al estado de Gracia con el fin de que te conviertas, durante
estos tiempos benditos, en la mismísima Gracia.
Te digo: « Hasta siempre en la Eternidad » te digo: «
Hasta siempre en este instante ».
Estoy contigo hasta el final de los tiempos, estoy contigo
en Eternidad; así que alégrate, he venido a anunciarte la buena nueva. Te amo,
los tiempos se han cumplido.
Hasta siempre.
* * *